Hace cuatro años comencé a pensar en el entrenamiento de mujeres en defensa personal. Como experta cinturón negro en Taekwondo, estaba muy calificada, pero tenía dudas. La mayoría de las mujeres no se interesa por las artes marciales, ya que en estas predominan los hombres. La idea de comenzar una empresa en Jordania, mi país natal, era todavía más desalentadora, pues impera una cultura de dominación masculina y las mujeres, en especial las de zonas rurales, no siempre son libres de expresarse.
No era la única que albergaba dudas: las amigas/os, la familia, incluso personas que no conocía, trataban de disuadirme de incursionar en un negocio que ponía en cuestión las expectativas de la sociedad acerca de cómo debemos comportarnos las mujeres. Sin embargo, me aventuré. Pegué un pequeño cartel de mi negocio, SheFighter, en el sótano de casa. Para mi sorpresa, pronto comencé a recibir llamadas telefónicas.
Mis primeras clientes fueron dos muchachas que deseaban aprender defensa personal para sentirse seguras y físicamente fuertes. Su interés y entusiasmo me dieron el empujón que necesitaba para comprometerme a hacer funcionar el negocio. Las dos jóvenes disfrutaron el primer entrenamiento y a cada clase regresaban con otras amigas. Comencé a recibir muchas llamadas telefónicas y muchas clientes.
Me di cuenta de que las mujeres necesitan, y quieren, entrenarse en defensa personal más que cualquier hombre en Jordania. Las mujeres de SheFighter me demostraron que tanto yo como las/os escépticas/os estábamos equivocadas/os.
Para mí, ser líder significa tener la confianza suficiente para encontrar tu fuerza interior. La defensa personal empodera a las mujeres. Aumenta su fuerza física, pero lo que es más importante, aumenta la autoestima. He visto a mujeres y niñas que se sentían impotentes transformarse en líderes muy seguras.
En 2012, luego de impartir las clases en el sótano durante dos años, abrí el estudio de defensa personal SheFighter. Era, y todavía es, el primer y único estudio de defensa personal para mujeres en Oriente Medio.
En 2013, el éxito de SheFighter fue superior al de cualquier otro gimnasio o centro de entrenamiento de Jordania. Al ofrecer una instrucción de alta calidad y una atmósfera donde las mujeres se sienten cómodas, nuestra marca y renombre se difundió rápidamente de boca en boca.
Estamos encaminadas a alcanzar nuestra meta de empoderamiento para tres millones de mujeres en Oriente Medio en 2020. El programa Capacitación de capacitadoras forma a las alumnas de SheFighter para que compartan sus destrezas de defensa personal con las mujeres de zonas rurales, quienes en mi opinión son las que más necesitan de nuestro programa.
Me convertí en líder siguiendo mi pasión por las artes marciales y el empoderamiento de las mujeres. En SheFighter, ayudamos a otras a transformarse en líderes alentándolas a ser quienes quieran ser.
A diario veo mujeres que se subestiman. Muchas no ven el poder que llevan dentro para convertirse en líderes maravillosas. En esos momentos comienzo por compartir mi cita favorita: “Exprésate, aunque te tiemble la voz.”
En abril de 2014 abrimos la primera franquicia en Armenia. Se trata de una cultura distinta a la de Jordania, pero estamos trabajando arduamente para crear en SheFighter Armenia una atmósfera que se adapte a esa sociedad y cultura.
El primer año de actividad tomé la decisión de proteger la marca SheFighter, pues sabía que competiría con muchos centros de defensa personal. Para ello la registré y protegí bajo las leyes de propiedad intelectual jordanas. Aún estamos trabajando en las posibilidades para registrarla mundialmente.
SheFighter sobrevive gracias a las cuotas de membresía e inscripción; no hemos tenido apoyo financiero de ninguna organización de Jordania ni de ninguna otra parte.
En octubre de 2014 obtuve el primer galardón de Empretec Women in Business Global Award. Este premio de las Naciones Unidas en Ginebra nos dio a mi equipo y a mí un vigoroso impulso para continuar y nos abrió los ojos a las posibilidades de expandir SheFighter y llegar al mundo entero.
Preguntas para el lector:
1. ¿Cuál es su pasión? ¿Puede transformar esa pasión en el motor, la energía y la fuerza que necesita para hacer prosperar su negocio?
2. ¿Ha considerado de qué modo el modelo de negocios que escoja puede ayudar a potenciar la empresa? ¿Qué modelo puede usted adoptar para expandir la llegada de sus productos o servicios? ¿Las franquicias serían una posibilidad para usted?
3. ¿Hace seguimiento a las empresas de la competencia? ¿Ha protegido su marca?
1. Gestión de los recursos humanos: hacer crecer una empresa implica manejar personas y formar al personal con capacitación y mentoría. La capacitación de capacitadoras es un concepto que puede ayudar a desarrollar la fuerza de trabajo con el conocimiento y las habilidades necesarias para prestar sus servicios más allá de su capacidad personal.
2. Innovación y gestión de riesgos: aunque la innovación implica riesgos, también puede conducir a un éxito importante. Sea audaz. Analice las dudas y evalúe los riesgos. Si las probabilidades son grandes, ponga en práctica un plan para gestionar los riesgos y transformarlos en éxito.
3. Comentarios de las/os clientes: emplee los comentarios de las/os clientes para ser y mantenerse competitiva. Confíe en sus clientes/as: ellas/os pueden decirle si una idea de negocio, un producto o servicio es buena y viable y dónde debe hacer una mejora.