Originalmente, la creación de una empresa no estaba en mis planes. Sólo quería ayudar a mi padre a poner en funcionamiento una tecnología para el agua que él había creado. Sin embargo, fue una dura lección. Lo que me ayudó en los momentos más difíciles fue la esperanza de que tanto el concepto de ahorro de agua como la tecnología de mi padre pudieran promoverse en todo el mundo para que la Tierra se convirtiera en un lugar mejor.
Crecí en una granja de la China rural. Me vi obligada a abandonar la escuela y ayudar a mi padre asumiendo trabajos duros en una fábrica. Más tarde, aprendí inglés y finanzas por esfuerzos propios y con el tiempo me aprobaron para trabajar como maestra. En 2007, renuncié a mi empleo, vendí mi apartamento y partí a la ciudad de Shanghai para promover la tecnología que mi padre había creado para ahorrar el agua de los retretes. Fue una determinación osada. Aunque mi esposo apoyó esta decisión, mi padre, quien diseñó esta tecnología, se enfadó porque abandoné la docencia.
En Shanghai, al principio tuve que luchar, pues carecía de capital, conexiones y apoyos, todo ello indispensable para comenzar un negocio en un entorno nuevo y competitivo. Como no tenía dinero para publicidad, asumí yo misma la tarea de promoción: hablaba con las personas en el autobús y demostraba los productos en la vía pública, en cualquier sitio donde pudiera atraer la atención de la gente. Como no tenía dinero para contratar empleadas/os, yo misma entregaba los retretes y los instalaba para los clientes. Sorteé numerosos obstáculos, incluida la falta de experiencia comercial, un capital inicial exiguo, mucha indiferencia y escepticismo.
En 2009, hice una pausa cuando descubrí un parque industrial para empresas dedicadas al ahorro de energía y la protección ambiental en el distrito citadino de Hongkou, y trasladé la empresa a un edificio que aún estaba en construcción. Sin embargo, dado que no podía pagar el alquiler, tuve que convencer a quienes administraban el parque industrial para que me permitieran instalar los retretes en sus negocios a cambio de un alquiler gratis por seis meses. Este arreglo allanó el camino a la estabilidad de la empresa y, a la larga, a su crecimiento.
En 2011, fui la primera mujer china en obtener el Premio Cartier a las Iniciativas de Mujeres para la región de Asia y el Pacífico. Antes del Premio, las personas miraban mi pequeña empresa con desdén, apenas un punto en el vasto territorio chino; después de que recibí el reconocimiento mostraban mucho más respeto. El Premio me inspiró a repensar el negocio y expandirlo a otros productos de ahorro de agua. Nunca lo hubiera logrado sin el asesoramiento que fue parte del premio. Participar en un proceso de premiación es una experiencia única que todas las personas deberían probar.
Ante el creciente rol de las mujeres en la esfera económica, ya no es posible ignorar la fuerza de las mujeres en el ámbito empresarial. Creo que la sociedad debería crear un mejor entorno para las empresas de mujeres. Para lograrlo, es necesario aliviar la carga que asumen las mujeres en la familia. Se debería alentar a los hombres a compartir las responsabilidades del hogar, como el cuidado de las personas mayores, las niñas y niños y las labores domésticas, todo lo cual les daría a las mujeres más tiempo y espacio para poner en práctica sus talentos. Asimismo, se deberían establecer más fondos que presten apoyo financiero directo a las empresas de mujeres. Por último, se deberían aplicar políticas en favor de las empresas de mujeres. Deberíamos establecer institutos y centros de capacitación donde las emprendedoras puedan compartir sus conocimientos y experiencias. Por último, los gobiernos y organizaciones, como las Naciones Unidas, deberían trabajar en conjunto con los medios para crear una atmósfera en general más estimulante para los negocios de las mujeres.
Preguntas para el lector:
1. ¿Ha evaluado las fortalezas, debilidades, oportunidades y posibles amenazas para su empresa? ¿Ha puesto en práctica algún plan para manejar los riesgos?
2. ¿Está aprovechando las oportunidades de asesoramiento o mentoría para su negocio? ¿Se postula a concursos, premiaciones, programas de capacitación, subvenciones u otros apoyos? Contáctenos en empower.women@unwomen.org para obtener más información sobre oportunidades como esas.
1. Análisis SWOT (por las siglas en inglés para fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas): es necesario analizar las fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas de cada producto o servicio y proceso del negocio. Las fortalezas comprenden aquellas características de la empresa que le proporcionan una ventaja sobre otras empresas. Las debilidades son, entre otras, sus desventajas frente a la competencia. Las oportunidades son los elementos que usted podría explotar para fomentar el crecimiento del negocio, mientras que las amenazas son aquéllas que podrían causarle problemas si no se las maneja bien.
2. Gestión de riesgos: piense en modos de manejar los riesgos/amenazas que enfrenta su producto, servicio o negocio. Tenga siempre un plan alternativo en caso de que surgiera un problema y tenga un plan listo para manejar los éxitos desde el punto de vista de los recursos, tiempos, trabajo y capital. En cualquier caso, deberá planificar y estar preparada.
3. Marketing y promoción: identifique distintas formas y medios para comercializar sus productos o servicios, tales como concursos, premiaciones, etc., que puedan atraer una atención nacional hacia su negocio. ¿Promueve de forma sistemática la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres en su empresa? En caso afirmativo, sírvase enviarnos una descripción breve de los resultados obtenidos hasta ahora empower.women@unwomen.org.